viernes, 26 de junio de 2009

LIBERTAD TEMEROSA capitulo final




Estaba en la puerta del juzgado, era las nueve de la mañana, pude ver a los hombres que me habían echo el ingreso, y también reconocí a los que me había estado persiguiendo, todos estábamos en un mismo sitio, pero ellos no sabia que estaban los otros, el jefe de los militares se me acerco, y me dijo que lo que había echo no estaba bien, que podía haber llevado todo al traste, me dijo que si estaba dispuesto a reconocer al asesino, le dije que si,  empezó a explicarme todo lo que tenia que decir,  me dijeron el numero que tenia esa persona, y una vez que lo dijese, el juez me mandaría salir,  luego me acompañarían a la calle, tomaría un coche, y una dirección a partir de ese momento volvería a ser libre, la operación de cambio de imagen, seria efectiva en un mes, y volvería a estar con mi familia.

Entramos en los juzgados, estaba atacado de los nervios, cuatro guardias me escoltaban, querían estar seguros de que no me iba a escapar de nuevo, todo ese lugar me era familiar, había estado el día antes, el mismo pasillo, entramos en la habitación, el juez estaba allí, me dijo como me llamaba y que si sabia a lo que iba, le dije que si, en ese momento se abrió, una cortina, estaban cinco personas, el numero diez, era la persona, a la que tenia que reconocer, el juez me pregunto ¿reconoce  a alguien de esa sala que fuese el asesino, de la mujer del presidente, de la nación?, decir esas palabras y mas nervioso me puse, ¿el asesina de la mujer del presidente?, un sudor frió me entro por todo el cuerpo, solo podía pensar una cosa, tanto unos como otros, me querían ver muerto.

Le dije al juez que tenia alguna duda, se me quedó mirando, el jefe, el juez, ya no podía echarme atrás, le dije que dudaba entre el numeró ocho y siete, que no estaba muy seguro, de quien podía ser, la tensión estaba apunto de explotar en esa sala, el juez de nuevo me dijo que me tomase un poco mas de tiempo, después de un minuto interminable, el juez me  dijo que todo lo que estaba sucediendo en esa sala se estaba grabando, para que quedara constancia de lo sucedido, lo que allí s dijese iba a ir al juicio, y que yo no tenia que volver a los juzgados, la vedad no se lo que me quiso decir, pero sus palabras me hicieron dudar mas, volví a decir que tenia mis dudas, y que no podía reconocer al asesino de la mujer del presidente.

El juez ordeno que saliese, que todo había terminado, antes de salir escuche decir al juez que le dejasen en libertad. El jefe de los militares me dijo sígame, pero justo en ese momento saltaron las alarmas de incendio había fuego en una habitación, era en la de los vestuarios, el humo empezó a salir muy deprisa, la gente empezó a correr, a todos le pillo desprevenidos, apenas nos podíamos ver los unos a lo otros,  alguien grito ¡¡hay una bomba!!, todo se volvió loco en ese momento, yo estaba en el suelo, me metí en los vestuarios de las mujeres, nadie me seguía, tan solo me quedaba una oportunidad para escapar.

La gente salía de los juzgados, los bomberos estaban por todas partes, ambulancias, policías, la puerta estaba a tan solo unos metros, nadie me seguía, cuando de pronto un policía me detuvo, y me dijo, señora sígame, tiene que salir enseguida, yo seguí caminado, sin mirar atrás, estaba en la calle, de dirigí a un parking que había cerca, fui a la plaza numero 13, había un coche abierto, y las llaves puestas, en el asiento del acompañante un sobre con unos billetes de avión,  a nombre de una mujer llamada Susana, esa mujer era yo. 

 Estaba en una playa, de un lugar, donde no lo voy a decir, estaba tomando el sol, cuando de pronto, alguien me tapo los ojos, era mi mujer, me miro y me dio un beso, junto a ella estaban mis hijas, la mayor me miro y me dijo, papa todo a salido bien, yo la mire y la dije gracias a ti cariño, de nuevo la dije mi frase, la que nadie sabia, la que solo nosotros dos sabíamos.


Por motivos de seguridad, no voy a dar datos de donde estoy, por que esta historia, no es inventada por pepe, esta historia es verdadera,  solo  voy  a dar un solo dato, el hombre que estuvo en mi casa, con mi rostro,, era mi amigo, el día que yo iba a los juzgados, el tomo un coche para irse del país, pero tan solo llevaba una ora tubo un accidente, su coche se prendió fuego, fue imposible reconocerlo, en memos de un año había tenido dos funerales, o ¿no?, quien sabe.

Fin 


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