miércoles, 24 de junio de 2009

LIBERTAD TEMEROSA, capitulo 12º


Después de estar mas de dos horas, dando vueltas por la ciudad, pensado en  todo lo que me había sucedido, busque una pequeña pensión, llevaba el dinero y la cartera del hombre muerto en el hotel, así que presente su documentación, la pensión la regentaba una familia de Asia, así que no reconocían a la persona del d.n.i., para ellos los occidentales, somos todos iguales, casi todo ala noche estuve pensando en el acuerdo. Al día siguiente, me levante muy temprano, me fui a una tienda de esas, donde encuentras de todo, me compre un tinte, tenia que cambiar de imagen, no quería  sorpresas de ultima hora, compre un montón de cosas, ya se me ocurriría algo, al salir pase por una boutique de mujer, e hice también algunas compras.

  Era mediodía, y me fui a comer mi imagen era otra, así que podía ir tranquilo, pero antes pase por un sitio, donde me podía conectar a Internet, así lo hice , metí mis contraseñas, solo esperaba que no me las hubiesen cambiado, y efectivamente  las tenia activas, ya que mi otro yo seguía vivo, comprobé que el dinero ya estaba en mi cuenta, habían cumplido su promesa, el tema era demasiado serio, la verdad que según se iba aproximado la hora, yo estaba mas nervioso. A continuación lo primero que hice fue eliminar todas las contraseñas, las di de baja, no podía dejar ningún rastro de ese dinero, a continuación hice varias transferencias, a otras entidades, dividí el dinero en diez cuentas distintas.

Eran las seis de la tarde, y me fui a los juzgados que tenia que ir al día siguiente, pero estos se encontraban cerrados así que no pude pasar, para mi plan era muy impórtate, pasar dentro así que me puse a dar vueltas, para ver que posibilidades tenia. Siempre hay un lugar por donde la seguridad se relaja un poco, y es por la entrada de atrás, por la de servicio, en los juzgados siempre hay actividad. Vi un camión de transportes, me acerque y no había nadie, solo un paquete, no se por que lo hice, pero tome ese paquete, me puse una chaqueta azul, y me disponía a entrar por la puerta, cuando alguien me dijo, ¿Dónde va usted?, yo sin decir nada mire la caja,  era un vigilante te seguridad, me dijo de nuevo, ¿y esa bolsa?, era mi bolsa, no me había dado cuenta que me la había dejado, la agarre, y me dijo, el vigilante, tu compañero a pasado ya, toma ponte este pase, y ya sabes a la segunda planta, no utilices los ascensores principales.

De la forma mas tonta, estaba dentro de los juzgados, tenia que ir a la tercera planta, subí en ascensor asta la segunda,   si me hubiese ido a la tercera, seguramente el vigilante lo hubiese visto, deje la caja en la segunda planta, en una puerta pude leer, rueda de reconocimiento, mire  y era allí donde tenia que venir, a tan solo  cinco metros estaban los servicios, de hombres y mujeres, pase al servicio, mi plan ya estaba en marcha. Iba a bajar entrar había sido fácil, pero ahora tenia que salir, pase cerca del ascensor, y comprobé que estaba subiendo, me fui por la puerta de servicio, la deje un poco abierta, para ver quien era, nada mas abrí ser la puerta, era dos guardias civiles, y tres guardas jurados, nada ver esto salí corriendo escaleras abajo, mi plan se podía ir al traste, ¿me habían visto meter la bolsa? Tenia que asumir el riesgo.

Me asome, a la planta baja, no sabia que hacer, pero lo que tenia claro era que no me podían arrestar, había un vigilante y un  guardia civil, el tiempo iba en mi contra, si no salía me podían ver, dos hombres de paisano, llegaron tenían el pelo muy corto, me recordaron a los hombres que me siguieron el hotel, el mismo corte de pelo y el mismo traje, los dos hombres se llevaron al guardia civil, el vigilante jurado se quedo solo, en ese momento vino el hombre del camión, traía la caja que yo había tomado, la traía entre sus manos,  salio por la puerta, alguien bajaba por las escaleras, los tenia muy cerca de mi, tenia que hacer algo muy rápido,  el mejor ataque es la improvisación, salí de la puerta, tenia la salida a ton solo tres metros, salí corriendo hacia el vigilante, empecé a dar gritos, ¡¡fuego!!, ¡¡fuego!!, dando saltos, y señalando con la mano en dirección  a la puerta por donde yo bahía salido, el hizo un intento de sacar la pistola, pero mis gritos le paralizaron, yo no dejaba de gritar, ¡¡fuego!!, ¡¡fuego!!, y dando saltos, el se quedo paralizado, me puse a su lado el me miraba, y justo cuando estaba a su altura, le di una patada  hay, donde duele mas, di un salto, al torno, y de dos zancadas estaba ya en la calle, mire atrás, los guardias me vieron, pero yo no deje de correr, me metí en medio de la gente que en ese momento estaba paseando, me monte en un autobús, y pude comprobar que me seguían, pero no me habían visto montar, de nuevo me pude escapar de ellos.

Alquile un coche, eran de madrugada, y estaba en la puerta de mi casa, la luz estaban encendidas, y había un coche que me hizo sospechar algo, y no me equivoque , de el salio un hombre joven alto muy fuerte, el pelo muy corto y el traje de siempre, en ese momento salio el que era yo de mi casa, estuvieron hablando, de nuevo el se metió en mi casa, y el otro en el coche, estaban vigilando la casa, me disponía a irme, cuando vi a mi hija la mayor, venia por la urbanización, solo, sin nadie que la vigilase, pare el coche a su altura, ella se asusto, baje la ventanilla, como para preguntarle algo, ella se paro, se me quedo mirando, la pregunte por una calle que había, detrás de mi casa, ella me la indico, la dije una frase que siempre se la decía nada mas llegar a casa, era una frase que teníamos los dos en secreto, ella se quedo muy sorprendida, mas bien paralizada, se acerco un poco mas, me miro, y me dijo ¿papa?, la dije que se montara, que no tuviese miedo, nos fuimos a un parque, todo estaba teniendo luz de nuevo.

Continuara.

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