Mi querido mar, testigo mudo de tanta devastación del hombre, cambias el color de tus aguas para denunciar, para avisar a los humanos lo que estamos haciendo con el planeta. Tus aguas oscuras, grasientas, de grandes manchas negras por los residuos de petróleos, tus aguas con basuras de tantos como te confunden con un estercolero, y ahora veo tu agua teñida de rojo, vivo, brillante, intenso, y apareces mudo, impasible, viendo el horror que sufren tus criaturas, esos seres maravillosos que a pesar de todo, siguen buscando la compañía del hombre, le siguen en los barcos y cuentan más de una historia, donde incluso les han ayudado, sí, ellos, nuestros queridos delfines, animales inofensivos, risueños, alegres, tiernos……
Y a seres tan indefensos los atan con grandes cuerdas entre varios, porque eso si, el hombre es muy valiente; y le clavan una y otra vez los ganchos en sus tiernas pieles, haciéndolos desangrar, mientras sus quejidos como llantos de bebés resuenan entre tus olas. Nadie parece oírles, nadie se asusta de tal salvajada, todos asisten con regocijo por tan gran proeza, mientras amontonan sus cuerpos inertes y desangrados depositándolos a tus orillas.
Y yo me pregunto ¿ y esto para qué, por qué se hace?. No son agresivos, ni son una amenaza para el ser humano, no arrasan, no molestan, ni los quieren para alimentarse, entonces ¿Con qué fin disculpan la barbarie? Porque a lo largo de los siglos el hombre siempre ha buscado pretextos sólo para demostrar su poder sobre las demás criaturas de la tierra; incluso de forma salvaje y cruel, estos seres racionales ni siquiera lo hacían por su supervivencia, pero ahora aún empeoramos más las cosas, ya ni siquiera necesitamos exculparnos, nos limitamos a demostrar a golpe de gancho, de basuras, que somos verdaderos depredadores, que somos los seres que menos merecemos este planeta.
Mi querido mar, dicen que poco a poco vas adentrándote en la tierra, haciendo que te devuelvan lo que es tuyo, lo que te fue quitado, y ahora sé que un día despertaremos, y tú, bravo y enfurecido, nos habrás tragado, como nosotros primero destruimos a tus criaturas.
Aguanta mar querido, porque las lágrimas de muchos que no podemos seguir con tanto salvajismo, limpiaran tus aguas.
Por un mundo mejor, por el respeto, para que disfrutemos de este planeta todos los seres vivos, aunemos fuerzas, no quedemos callados ante tantas torpezas, no consintamos que siga ocurriendo todo esto.
CARMEN MIEMBRO DE LA RED SOCIAL P.L.A.N.(ESPAÑA)
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MARES Y OCEANOS
Estamos hechos a semejanza de nuestro planeta, ya que el 70 % de nuestro cuerpo está compuesto de sustancia líquida. Si las ¾ partes del planeta se debe al agua de nuestros ríos, mares y océanos entonces creo que deberíamos protegerlos y cuidarlos mucho más.
Es bien sabido que el ser humano contamina las aguas vertiendo residuos contaminantes y objetos como bolsas, basuras etc…al agua de los ríos, playas y mares, las cuales terminan perjudicando y matando las miles y miles de peces que habitan en el agua. Y si no el desastre que se forma en el mar cuando un barco petrolero, que por llevar exceso de carga y no ser debidamente revisado, se hunden en el mar.
Casi cada rincón de los océanos ha sido dañado de alguna manera por la actividad humana y cerca del 41% de sus aguas están seriamente afectadas.
Las aguas costeras están contaminadas por residuos. Las ostras y la pesca están desapareciendo.
Islas flotantes de basura del tamaño de pequeños estados estancan, lo que solía ser agua corriente. Las aves y ballenas son golpeadas por barcos que dejan un rastro de petróleo y desechos a su paso.
Pero el mayor daño es el cambio climático, según el primer estudio a escala global sobre el impacto humano en ecosistemas marinos. Un incremente significativo en las temperaturas del agua fue observado en el Atlántico norte entre 1995 y 2005, y se espera que el calentamiento global aumente más las temperaturas en otros lugares.
Estas altas temperaturas incrementan el nivel de plancton y cambian la composición de especies en los niveles altos de la cadena alimentaria. Además lleva a niveles mayores de enfermedades y cambios en la circulación marítima.
Los océanos se están volviendo cada vez más ácidos, al absorber dióxido de carbono, y las plantas están siendo afectadas por el incremente de la radiación ultravioleta.
Mientras la pesca de subsistencia tiene un impacto limitado en la ecología marítima, la pesca comercial tiene un impacto alto y echan toneladas de peces, aves y mamíferos muertos al mar. Esto ha amenazado con extinguir muchas especies de tortugas, aves, ballenas y delfines.
El tráfico de barcos es el tercer mayor culpable por la contaminación. Sólo un 3,7% del océano es considerado área de bajo impacto y la mayor parte de esto se encuentra cerca de los polos, donde el hielo temporal y permanente limita la actividad humana.
Desafortunadamente, conforme las capas de hielo polar desaparezcan con el calentamiento global y las actividades humanas se extiendan a esas áreas, hay mayor riesgo de degradación rápida de estos y otros ecosistemas.
El vertedero final para una gran parte de nuestros desechos es el océano. A él van a parar gran parte de los vertidos urbanos e industriales. No sólo recibe las aguas residuales, sino que, en muchas ocasiones, se usa para arrojar las basuras o incluso los residuos radioactivos, los cuales también caen de la atmósfera.
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