martes, 27 de octubre de 2009

NOTICIAS PLANATURALEZA 27-10-09

La NASA confirma el estallido de un asteroide en la atmósfera sobre Indonesia

La NASA ha confirmado que un asteroide de entre cinco y 10 metros de diámetro explotó el pasado 8 de octubre en la atmósfera sobre Indonesia, con una potencia de unos 50 kilotones, tres veces la energía liberada por la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima (Japón), en 1945.

Sin embargo, a pesar de su potencia, la explosión no provocó daño alguno debido a la altitud a la que explotó el meteorito (entre 15 y 20 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra), y a que el tamaño del objeto era relativamente pequeño. Según la NASA, para que un cuerpo de este tipo provocara daños en tierra, tendría que medir al menos 25 metros de diámetro.

Según el informe de la agencia espacial estadounidense, el asteroide impactó en la atmósfera a unos 65.000 kilómetros por hora, y la explosión causó pánico entre la población en la región indonesia de Bone, en Sulawesi del Sur. Los expertos de la NASA calculan que un estallido de este tipo se produce una vez cada dos años.

"La geolocalización infrasónica no es suficientemente precisa como para determinar si el bólido estalló sobre agua o tierra, pero fue relativamente cerca de la costa", según la agencia espacial de EEUU.

Los medios de comunicación indonesios informaron en esa fecha sobre "un poderoso estallido cerca de las 11 de la mañana, hora local", y otros informes posteriores sugirieron que podría haber sido un meteorito.

Según el informe de la NASA, los medios indonesios identificaron con más detalle un bólido ígneo brillante acompañado por una explosión y una nube de polvo, y "finalmente apareció en YouTube un vídeo que muestra una gran nube que corresponde a un bólido brillante".

Posteriormente todas las estaciones de infrasonido del Sistema Internacional de Vigilancia (IMS por su sigla en inglés), que forman parte de la Organización del Tratado para la Prohibición Integral de Pruebas Nucleares, examinaron la información científica disponible.

Once estaciones mostraron "señales probables de una poderosa explosión cerca de la latitud 4,5 Sur, 120 Este con una hora de origen aproximadamente a las 03:00 GMT (las 4.00, hora peninsular española) del 8 de octubre".

La NASA resaltó que muchas estaciones del IMS, incluidas cinco que están a más de 10.000 kilómetros del sitio del bólido y una a casi 18.000 kilómetros, detectaron el fenómeno. Estas observaciones "indican que la fuente de la explosión fue de una energía total muy alta", añadió.



Los calores del otoño

27 de octubre de 2009.- Estamos a finales de octubre. Pero las temperaturas son muy altas. Ayer se bañaba gente en Valencia. A lo largo del año se repiten los episodios de contrastes fortísimos de día en día: unos días nos helamos y los siguientes tenemos que buscar ropa de verano.

En la presente situación de cambio climático, el Polo Norte está mucho más caliente de lo que estaba hace 50 años. Tenemos imágenes de barcos navegando entre los hielos y sabemos a ciencia cierta que ese calentamiento es real.

Un Polo Norte más caliente genera un desplazamiento hacia el norte del chorro polar. El tiempo suave, sin variaciones bruscas, ocurre cuando ese chorro de aire, que circula a 10 km de altura, se centra sobre la península, y para ello se precisa un Polo bastante frío.

En la situación actual, el chorro está encima de Inglaterra, y en España sólo entran sus meandros cuando son grandes. Ahora bien, los grandes meandros implican invasiones bruscas de aire polar o de aire del Atlántico tropical. Lluvias torrenciales o sequías prolongadas con evaporación intensa.

De momento, la situación es incómoda pero asumible. Pero si superamos las 350 partes por millón (ppm) y los 2ºC de subida de la temperatura media global, la situación sería de meses enteros sin lluvia intercalados por episodios muy violentos de precipitación. Pero estos episodios no mojan el suelo ni llenan los pantanos. El agua en el suelo funciona de la misma manera que en una esponja: la esponja sólo se moja si lo hace despacio, y sólo hay agua en los ríos si la esponja esta empapada.

Podemos detener el cambio climático. Hacerlo así nos trae riqueza de verdad, repartida en forma de puestos de trabajo. Pero los ciudadanos, y los políticos que no son más que cámara de resonancia nuestra, dejamos pasar ese problema. La miopía es más fuerte que la razón. Sabemos que tenemos que detener la carrera hacia el abismo, pero siempre decimos, como el tópico mejicano, "Mañana".

Podemos aislar las casas, y ahorrar en calefacción y aire acondicionado. Podemos utilizar coches de etanol y biodiesel. Podemos comprar híbridos. En el libro de Cayetano Gutierrez, 'La actuación frente al cambio climático' hay cientos de consejos para ahorrar dinero y frenar el cambio.

En fin, mis mensajes insisten una y otra vez en avisar de la realidad. Los arbitristas de la España barroca no se cansaban de avisar que España iba camino de la miseria absoluta. Se cumplieron todas sus predicciones, a pesar de ser acusados de apocalípticos, y de que habrían sido acusados de maltusianos si hubiesen vivido después de Malthus. Pero acertaron aunque nadie les hizo caso.

¿Aceptaremos la realidad, alguna vez?




«Necesitamos un cambio revolucionario en nuestro sistema energético si no queremos ver cómo la temperatura global aumenta seis grados centígrados en los próximos años. Los efectos del aumento del nivel del mar, de las inundaciones o de las sequías supondrían, sino el fin del mundo, algo parecido».

Estas declaraciones, que encajarían perfectamente en un discurso ecologista de Greenpeace, forman parte de la presentación del informe de 'World Energy Outlook 2009: Análisis sobre Cambio Climático' a cargo del director económico de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol, ayer en Madrid.

El problema reside en saber qué pasos hay que seguir para impulsar esa revolución y poder frenar la tendencia de incremento de temperatura y fijarla en un aumento inferior a dos grados centígrados. Y ése es precisamente el objetivo que persigue la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) al hacer pública la parte que hace referencia al cambio climático casi un mes antes de que se presente en Londres el informe completo. «El sector energético es responsable de casi el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero, por ello hay que proveer a los negociadores de una herramienta útil con tiempo suficiente para poder digerirla», dijo Birol.

La crisis económica global ha brindado una oportunidad de oro a los negociadores de la Cumbre del Clima que tendrá lugar en Copenhague el próximo mes de diciembre y que sustituirá al Protocolo de Kioto. «La recuperación económica pasa por el cambio de modelo energético global», aseguró ayer Teresa Ribera, secretaria de Estado de Cambio Climático. Por ese motivo, el director económico de la agencia estima que es un buen momento para lanzar un libro de recetas que permita mantener el clima tal y como lo conocemos.

«Debemos cambiar de forma drástica el modo de producir energía», aseguró Birol. «Necesitamos desarrollar decididamente las energías renovables, la nuclear y la cogeneración con almacenamiento de carbono». Según los cálculos de la IEA, para llevar a cabo un cambio de modelo como el que propone Birol sería necesario incrementar las inversiones en estas fuentes limpias en 10,5 billones de euros -10,5 millones de millones- hasta 2030. Un incremento que supondría el 0,5% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial en 2020 y el 1,1% en 2030.

El informe también recoge recomendaciones dirigidas al sector del transporte privado. «Si queremos evitar un escenario catastrófico, las ventas de coches eléctricos e híbridos tienen que alcanzar en 2030 el 60% del total, mientras que hoy en día suponen apenas el 2%».


PEPE RODRIGUEZ 
SECRETARIO DE COMUNICACION DE P.L.A.N.

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